UNA DE COSTUMBRES Y DOS HUEVOS DUROS
Los persas son los hombres que más aceptan las costumbres
extranjeras. Y, así, llevan el traje medo, por considerarlo más distinguido que
el suyo propio, y, para la guerra, los petos egipcios. Además, cuando tienen
noticias de cualquier tipo de placer, se entregan a él; por ejemplo, mantienen
relaciones con muchachos, cosa que aprendieron de los griegos. Por otra parte,
cada uno se casa con varias esposas legítimas y se procura, además, un número
muy superior de concubinas. Entre ellos demuestra hombría de bien quien, además
del valor en la guerra, puede mostrar muchos hijos; y al que puede mostrar más,
el rey, todos los años, le envía regalos, pues consideran que el número hace la
fuerza. Desde los cinco, hasta los veinte años, sólo enseñan a sus hijos tres
cosas: a montar a caballo, a disparar el arco y a decir la verdad. Y hasta que
un niño no tiene cinco años, no comparece en presencia de su padre, sino que
hace su vida con las mujeres. Esto se hace así con el fin de que, si muere
durante su crianza, no cause a su padre pesar alguno.
Herodoto.
Editorial Gredos.