En el camino de Nankín me detuve en Chu-fu y acudí a ver la
tumba de Confucio. Vi el arroyuelo donde los discípulos del filósofo bañaban
sus pies y el pueblito donde vivió de niño. Se dice que plantó un árbol famoso
cerca del templo que le está dedicado y fui a verlo. Me detuve también cerca
del río donde vivió Yen Hmi, uno de los discípulos célebres de Confucio y vi el
lugar de nacimiento de Mencio. En el curso de ese paseo escalé el Tai-Shan,
monte sagrado de Chantung, donde el general Feng Yuhsiang se retiró para
escribir su obra patriótica.
Mao.