Aun cuando al concluir la guerra civil pusieran fin a las
masacres indiscriminadas de 1918-19, se aseguraron de dejar intactas las leyes
e instituciones que habían hecho posibles esos episodios. Una vez que Stalin se
convirtió en amo indiscutido de la Rusia soviética, tenía a su alcance todos
los instrumentos de que precisaba para reinstaurar el terror a una escala mucho
más vasta. Este hecho por sí solo demuestra que, para los bolcheviques, el
terror no era un arma defensiva, sino un instrumento de gobierno.
Richard Pipes.