VAE VICTIS!
"Una
vez vide que, teniendo en las parrillas quemándose cuatro o cinco principales y
señores (y aun pienso que había dos o tres pares de parrillas donde quemaban
otros), y porque daban muy grandes gritos y daban pena al capitán o le impedían
el sueño, mandó que los ahogasen, y el alguacil, que era peor que verdugo que
los quemaba (y sé cómo se llamaba y aun sus parientes conocí en Sevilla), no
quiso ahogallos, antes les metió con sus manos palos en las bocas para que no sonasen
y atizóles el fuego hasta que se asaron de espacio como él quería. Yo vide
todas las cosas arriba dichas y muchas otras infinitas. Y porque toda la gente
que huir podía se encerraba en los montes y subía a las sierras huyendo de
hombres tan inhumanos, tan sin piedad y tan feroces bestias, extirpadores y
capitales enemigos del linaje humano, enseñaron y amaestraron lebreles, perros
bravísimos que en viendo un indio lo hacían pedazos en un credo, y mejor
arremetían a él y lo comían que si fuera un puerco. Estos perros hicieron
grandes estragos y carnecerías. Y porque algunas veces, raras y pocas, mataban
los indios algunos cristianos con justa razón y santa justicia, hicieron ley
entre sí, que por un cristiano que los indios matasen, habían los cristianos de
matar cien indios."
Bartolomé de las Casas.
Brevísima relación de la destrucción de las
Indias.