LOS JÚPITER Y LA PERRERÍA
"Antes de partirnos, leí en la huerta un número de «Current Literature», correspondiente al mes de junio, de ese magazine neoyorquino.
Es increíble la suma de insultos graves que en artículo especial le endereza al
General Díaz. El magazine nos lo remitió, con una nota, nuestra embajada en los
Estados Unidos.
Náuseas me provocó el tal artículo; y más
que el artículo, la frecuencia de los virulentos ataques que de algún tiempo
acá la prensa yanqui viene lanzando a nuestro Presidente. Síntoma inequívoco, antójaseme,
de que los Júpiter, —no hay manera de pluralizar este nombre— de la Casa Blanca
ya no quieren verlo en el solio que por tantos lustros ha sabido honrar,
después que esa misma prensa, tan indecente, venal e interesable como sus
congéneres del resto del mundo, lo ha elogiado hasta la bajeza y el ditirambo.
La maniobra ha de traer gato encerrado, y en romance significa que preparan en
la sombra alguna perrería mayúscula, aunque ostensiblemente pretendan con su
fariseísmo sistemático, resultar ajenos a lo que nos ocurra por culpa exclusiva
de ellos. Indignado todavía, y no porque yo juzgue a Porfirio Díaz un
excepcional e inmaculado ¡quiá! Ningún ser humano lo fue nunca, y menos en las vertiginosas
alturas del poder casi absoluto; pero ¡hombre! es mucho cuento que ahora que
les estorba para la realización de Dios sabrá qué maquiavélicos planes, le
regateen merecimientos y virtudes que en medio a sus errores y defectos de
humano y de gobernante, es inconcuso que posee a porrillo. ¿Por qué no, mejor,
se quitan la máscara de amigos y panegiristas con que lo han aturrullado
oficial y privadamente?"
Federico Gamboa.
Mi diario.
Mi diario.