"Suelen comentarse las de cosas de los Estados Unidos o con
una hostilidad escandalosa y casi siempre mendaz, o, si el comentador no es
comunista, compañero de viaje o «tonto útil», con una redomada hipocresía que se complace en paños
calientes; y así se ha solido disimular, cuando no olvidar, aquel episodio.
Pero el caso está claro. Ni aun la posible (pero no segura) reacción contraria
de la opinión nacional debió haber impedido a Stimson acudir en persona donde
los intereses de su país y los del mundo reclamaban su presencia."
Salvador
de Madariaga.