HISTORIA DE UNA LÁGRIMA
II
La memoria abandona sus lugares de
otoño
y el sol cuajado que se fue y no ha vuelto,
la recibe en su pecho,
la
levanta en su brazos,
la hace copa de oro que recoge la
sangre
de las otras edades que transporta
en la noche
cual navío que surca, por detrás de
las sombras,
la única luz posible.
Julia
Uceda