Mi lista de blogs

lunes, 28 de enero de 2019

ALLÁ EN LAS INDIAS




HA YA MUCHOS AÑOS QUE PASÓ

        “E comenzamos a subir la sierra puestos en gran concierto, y nuestros amigos apartando los árboles muy grandes e muy gruesos, por donde pasamos con gran trabajo, e hasta hoy en día están algunos dellos fuera del camino. Y subiendo a lo más alto, comenzó a nevar y se cuajó de nieve la tierra, e caminamos la sierra abajo e fuimos a dormir a unas caserías que eran como a manera de aposentos o mesones, donde posaban indios mercaderes, e tuvimos bien de cenar e con gran frío, e pusimos nuestras velas e rondas y escuchas y aun corredores del campo. E a otro día comenzamos a caminar, e a hora de misas mayores llegamos a un pueblo que ya he dicho que se dice Tamanalco, e nos recibieron bien, e de comer no faltó, e como supieron de otros pueblos de nuestra llegada, luego vinieron los de Chalco e se juntaron con los de Tamanalco e Chimaloacán e Mecameca e Acacingo, donde están las canoas, ques puerto dellos, e otros poblezuelos que ya no se me acuerda el nombre dellos. Y todos juntos trujeron un presente de oro y dos cargas de mantas e ocho indias, que valdría el oro sobre ciento y cincuenta pesos, e dijeron: «Malinche: rescibe estos presentes que te damos y tennos de aquí adelante por tus amigos.» Y Cortés lo recibió con grande amor, y se les ofresció que en todo lo que hobiesen menester les ayudaría; y desque los vio juntos dijo al padre de la Merced que les amonestase las cosas tocantes a nuestra santa fe e dejasen sus ídolos, y se les dijo todo lo que solíamos decir en todos los más pueblos por donde habíamos venido, e a todo respondieron que bien dicho estaba, y que lo verían adelante. También se les dio a entender el gran poder del emperador nuestro señor, e que veníamos a deshacer agravios e robos, e que para ello nos envió a estas partes. E como aquello oyeron todos aquellos pueblos que dicho tengo, secretamente, que no lo sintieron los embajadores mejicanos, dan tantas quejas de Montezuma e de sus recaudadores, que les robaban cuanto tenían, y sus mujeres e hijas, si eran hermosas, las forzaban delante dellos y de sus maridos y se las tomaban, e que les hacían trabajar como si fueran esclavos, que les hacían llevar en canoas e por tierra madera de pinos, e piedra, e leña, e maíz e otros muchos servicios de sembrar maizales, y les tomaban sus tierras para servicio de sus ídolos, e otras muchas quejas que, como ha ya muchos años que pasó, no me acuerdo.


Bernal Díaz del Castillo. 
Historia verdadera de la conquista...