“La
misericordia es vecina de la miseria, porque tiene y toma algo de ella. Nota
que son débiles los ojos que, ante las lágrimas ajenas, ellos mismos se empañan,
tanto, a fe mía, como es enfermedad y no alegría reir siempre cuando otros ríen
y abrir la boca al bostezo de todos; la misericordia es el vicio de los que se
asustan demasiado de la miseria, y el que la exige del sabio está muy cerca de
exigirle lamentos y gemidos en los funerales de un extraño.”
Séneca