“Hace unos veinte años, en mi
país se planteó el problema de crear un fondo de pensiones para los
periodistas, ya que se supone que la jubilación debe llegar al final de todas
las carreras profesionales. En el sindicato de periodistas llegamos a la
siguiente conclusión: que era un problema que no se podía afrontar, puesto que
en nuestra categoría casi nadie llega a la edad de la jubilación. Es ésta una
de las características de nuestra profesión, una profesión hecha de constante
estrés, de nerviosismo, inseguridad y riesgo, y en la que se trabaja día y
noche. Por tanto, en la que se envejece pronto y pronto se sale de escena. De
mi generación, poquísimos compañeros aún siguen vivos. Algunos se han jubilado
tranquilamente, pero de los que empezaron conmigo, ninguno sigue todavía en
activo.”
Ryszard Kapuscinski