«Mi vida.» Cuando
pienso estas palabras veo frente a mí un rayo de luz. En una aproximación
mayor, el rayo de luz tiene la forma de un cometa, con cabeza y cola. La
extremidad más intensa, la cabeza, es la infancia y los años de crecimiento. El
núcleo, su parte más densa, es la más temprana infancia en la que los rasgos
más importantes de nuestras vidas se definen. Intento recordar, intento
deslizarme hacia allí. Pero es difícil moverse en esas densas regiones, es
peligroso; siento como si me acercase a la muerte. Hacia atrás el cometa se adelgaza
—es la parte más larga, la cola. Se hace más y más densa pero también cada vez
más ancha—. Ahora estoy en el extremo de la cola del cometa, tengo sesenta años
cuando escribo esto.
Tomas Tranströmer