EL YIDDISH Y LAS AMIGAS
«El estado en que se encontraba la lengua yiddish, y por
ende su literatura, era tal que difícilmente podía deteriorarse aún más. La
editorial Kleckin, con la cual yo había estado relacionado, se había declarado
en quiebra, cesando todas sus operaciones. El periódico vespertino Radio ya no se interesaba por mis
servicios. Los mismos colegas que sólo uno o dos años antes me reprochaban el
que trabajase para la prensa burguesa, también conocida como prensa amarilla, y
colaborara de ese modo en la difusión del opio entre las masas, ahora estaban
dispuestos a ofrecer el kitsch que
ellos producían, a mitad o incluso la cuarta parte del precio. La decepción del
comunismo había llevado a muchos radicales a adoptar las tesis sionistas. En
aquel momento, mi única fuente de ingresos era un periódico yiddish de París,
que según todos los indicios tenía los días contados. Los cheques que me
llegaban de París se retrasaban cada vez más. No sólo me era imposible seguir
conservando dos habitaciones separadas, debido a mis dos amigas, sino que
incluso tenía problemas para pagar una sola.»
Isaac
Bashevis Singer. Amor y exilio.
Ediciones B.