“El
sentimiento de los espectadores crea la comedia, y aborta al autor dramático.
¿Quiénes son espectadores de las comedias? Padres honrados y tenderos, niñas
idiotas, viejas con postizos, algún pollo majadero, y un forastero. Los mismos
que juegan la lotería en las tertulias de la clase media. Por eso los autores
de comedias, desde Moratín hasta Benavente, parecen nacidos bajo una mesa camilla.
Son fetos abortados en una tertulia casera. En sus comedias están todas las
lágrimas de la baja y burguesa sensibilidad madrileña. Son los hijos de una
sensibilidad y de un ingenio, que se estremece como ante un enigma alejandrino,
cuando el bizarro capitán que agita la bolsa de la lotería, canta guiñando un
ojo: “Los dos patitos”. En fin, cuente conmigo, si algo puedo hacer en pro de
ese intento.”
Ramón María
del Valle-Inclán.