POÉTICA
Di la verdad. 
Di, al menos, tu verdad. 
Y después 
deja que cualquier cosa ocurra: 
que te rompan la página querida, 
que te tumben a pedradas la puerta, 
que la gente 
se amontone delante de tu cuerpo 
como si fueras 
un prodigio o un muerto.
                             Herberto Padilla
