Empero, una obra relativa a la poesía nueva de Francia en la cual
no se habla ni de Alberto Samain, ni del conde Montesquiou-Fezensac, ni de
François de Curel, debe de parecer ridícula a mis excelentes amigos del El Cojo Ilustrado y de Cosmópolis, por lo cual me decido hoy a
escribir algunas notas sobre los tres artistas jóvenes que más llaman
actualmente la atención del París intelectual.
Enrique
Gómez Carrillo