VAN MADURANDO AQUELLOS VIEJOS DÍAS...
Van madurando aquellos viejos días
que me aleja el silencio y el reposo;
va fermentando el más querido poso
en mis bodegas quietas y sombrías.
Ya son carne las muertas horas mías,
ya me aploma su apoyo nebuloso
y en la boca las siento, con untuoso
regusto de primeras poesías.
Madurar es sentir en la mirada
un aire, espeso y dulce como un vino,
que eterniza en su niebla lo fluyente.
Y es entreoír la voz llana y velada
del conocido pájaro divino
en la jaula del pecho, nuevamente.
José María Valverde.