LOS HOMBRES DE MADERA
LOS HOMBRES DE MADERA
“Y esto fue
para castigarlos porque no habían pensado en su madre, ni en su padre, el
Corazón del Cielo, llamado Huracán. Y por este motivo se oscureció la faz de la
tierra y comenzó una lluvia negra, una lluvia de día, una lluvia de noche.
Llegaron
entonces los animales pequeños, los animales grandes, y los palos y las piedras
les golpearon las caras. Y se pusieron todos a hablar; sus tinajas, sus
comales, sus platos, sus ollas, sus perros, sus piedras de moler, todos se
levantaron y les golpearon las caras.
—Mucho
mal nos hacíais; nos comíais, y nosotros ahora os morderemos, les dijeron sus
perros y sus aves de corral.
Y las
piedras de moler: —Eramos atormentadas por vosotros; cada día, cada día, de
noche, al amanecer, todo el tiempo hacían holi, holi huqui, huqui nuestras
caras, a causa de vosotros. Este era el tributo que os pagábamos. Pero ahora
que habéis dejado de ser hombres probaréis nuestras fuerzas. Moleremos y
reduciremos a polvo vuestras carnes, les dijeron sus piedras de moler.
Y he
aquí que sus perros hablaron y les dijeron: —¿Por qué no nos dabais nuestra
comida? Apenas estábamos mirando y ya nos arrojabais de vuestro lado y nos
echabais fuera. Siempre teníais listo un palo para pegarnos mientras comíais.
Así
era como nos tratabais. Nosotros no podíamos hablar. Quizás no os diéramos
muerte ahora; pero ¿por qué no reflexionabais, por qué no pensabais en vosotros
mismos? Ahora nosotros os destruiremos, ahora probaréis vosotros los dientes
que hay en nuestra boca: os devoraremos, dijeron los perros, y luego les
destrozaron las caras.
Y a
su vez sus comales, sus ollas les hablaron así: —Dolor y sufrimiento nos
causabais. Nuestra boca y nuestras caras estaban tiznadas, siempre estábamos puestos
sobre el fuego y nos quemabais como si no sintiéramos dolor.
Ahora
probaréis vosotros, os quemaremos, dijeron sus ollas, y todos les destrozaron
las caras. Las piedras del hogar, que estaban amontonadas, se arrojaron directamente
desde el fuego contra sus cabezas causándoles dolor.
Desesperados
corrían de un lado para otro; querían subirse sobre las casas y las casas se
caían y los arrojaban al suelo; querían subirse sobre los árboles y los árboles
los lanzaban a lo lejos; querían entrar en las cavernas y las cavernas se
cerraban ante ellos.
Así
fue la ruina de los hombres que habían sido creados y formados, de los hombres
hechos para ser destruidos y aniquilados: a todos les fueron destrozadas las
bocas y las caras.
Y
dicen que la descendencia de aquéllos son los monos que existen ahora en los
bosques; éstos son la muestra de aquéllos, porque sólo de palo fue hecha su
carne por el Creador y el Formador.
Y por
esta razón el mono se parece al hombre, es la muestra de una generación de
hombres creados, los hombres formados que eran solamente muñecos y hechos
solamente de madera.”
Popol Vuh