EL TUTEO DE LOS SAPOS
«Parece
un miliciano de la tristemente célebre Columna de Hierro. Aquella
que, después de haber saqueado a los maños, bajó de Teruel a
Valencia a cerrar comercios. El tipo es idéntico a uno de aquellos
facinerosos. Su aspecto físico es repugnante. Tiene los ojos como de
pez de las grandes profundidades: salientes. Es de baja estatura,
linfático. Cuando me da la mano siento como si tocara a un sapo; la
tiene húmeda y blanda. Habla con pausas. Meticulosamente
—¿Eres
tú el piloto que viene a llevarse el «Mosca»?
Me
molesta que me tutee.
—Sí,
yo soy.
—¿Eres
del Partido? —dice, muy serio.
—¿A
usted qué le importa?
Pregunto
si es necesario que le cuente mi vida para llevarme de su feudo el
avión. Insiste.
—Es
que no se lo voy a entregar a cualquier tipo que se presente aquí
diciendo que es el que ha designado la Escuadra.
Mi
paciencia se agota. Pienso en la pérdida de tiempo que hay que
sufrir por culpa de mentecatos de esta clase, y me apeo de la burra.
Con tono más mesurado, pero enérgico, le invito a que indague por
teléfono.»
Francisco
Tarazona.
Yo
fui piloto de caza rojo.
Editorial
San Martin.