EN PAISAJE DE ELEFANTES
Hay
novelas que nos aplastan
contra
el pavimento calcinado.
Aplastan
el aire que nos rodea.
Avanzan
como elefantes
taciturnos
por el secarral
mortecino
de la gramática.
Arde
la ciudad sin remedio ni razón.
Aguardan
los verdugos el conocimiento.
Nos
aplastan los capítulos en llamas.
Patalea
irritado el humo de los prólogos.
Avanzan
los elefantes escasos de aguardiente.
Y
en el río,
que
agoniza bajo un sol
de
plomo atómico, pacen
algunas
páginas aburridas y agarrotadas
en
la estantería repetida del mediodía.
Adelina
Aller