No, yace silenciosa bajo tierra,
encerrada en la terrosa prisión con prohibición de salir, prisionera en la
soledad de tierra, con tierra silenciosa y sofocante y tan pesada encima de ella
inexorablemente, a su derecha ferozmente, a su izquierda estúpidamente, e
infinitamente debajo de ella, abandonada por la que nadie, ni siquiera su
oscura y espesa tierra, se interesa, mientras los vivos caminan sobre ella. Es,
bajo tierra, una inacción, una languidez una postración. Dios, qué absurdo es
todo esto.”
Albert Cohen.