“Esta especie de ballet mental coreografiado
por Gutenberg por medio del sentido de la vista aislado, es casi tan filosófico
como el postulado de Kant, de un espacio euclídeo a priori. Y es que el
alfabeto y otros inventos de la misma naturaleza ha servido al hombre desde
hace tiempo como fuente subconsciente de supuestos filosóficos y religiosos.
Ciertamente, Martin Heidegger se halla, al parecer, sobre terreno más sólido al
usar la totalidad del lenguaje mismo como dato filosófico. Porque en él se da,
al menos en los períodos no alfabéticos, la proporción entre todos los
sentidos. Esto no es recomendar el analfabetismo, del mismo modo que el empleo
que se ha hecho de la imprenta no supone un juicio contra el alfabetismo. En
realidad, Heidegger parece desconocer completamente el papel de la tecnología
electrónica en la promoción de su propia tendencia no alfabética en el lenguaje
y en la filosofía.”
Marshall Mcluhan.