“Para
los hindúes estamos en lo que ellos llaman el Kali Yuga, la época de la
destrucción. Es un movimiento irremediable. Una vez más, Siva ha ganado. No es
una sorpresa, porque Siva gana siempre. Al final del último de los yuga, que
forman un ciclo, todo desaparece. El mundo que conocemos va a desaparecer, pero
no será su primera desaparición. Es inútil tratar de oponerse a esta
destrucción porque las fuerzas que nos llevan son infinitamente más poderosas
que nosotros. La gran dificultad en el Kali Yuga es mantener el dharma,
mantener el orden del mundo y la rectitud de nuestras acciones, que están íntimamente
ligados en el pensamiento hindú, porque en parte somos responsables de la buena
marcha del universo. Si cada uno de nosotros observa su dharma personal, cada
cual cumplirá aquello para lo que ha nacido, el universo proseguirá su curso y
un día el mundo renacerá. Se trata, entonces, de saber cómo, a pesar de esta
perspectiva de destrucción inevitable, podemos seguir manteniendo el dharma.”