HISTORIA DE MI MUERTE
Soñé la muerte y era muy
sencillo:
Una hebra de seda me
envolvía,
y a cada beso tuyo
con una vuelta menos me
ceñía.
Y cada beso tuyo
era un día.
Y el tiempo que mediaba
entre dos besos
una noche. La muerte es
muy sencilla.
Y poco a poco fue desenvolviéndose
la hebra fatal. Ya no la
retenía
sino por un sólo cabo
entre los dedos...
Cuando de pronto te
pusiste fría,
y ya no me besaste...
Y solté el cabo, y se me
fue la vida.
Leopoldo Lugones