Los secretos de la momificación ya eran letra muerta cuando
los españoles desembarcaron en las islas, pero se sabe que los antiguos
guanches utilizaban tabonas de piedra
en sustitución de la famosa laja etíope de los egipcios. Ambas lancetas, la
canaria y la africana se tallaban en basaltos volcánicos de telúrica dureza. Y
aunque el arte de mirlar se perdió, las tabonas
siguieron empleándose hasta muchos años después de la conquista. El padre José
de Sosa, en su Topografía de la isla de la Gran Canaria, refiere en 1677,
durante la terrible epidemia de tabardillo que devastó Lanzarote, se curaba a
los enfermos sangrándolos con tabonas o pedernales. La flebotomía también se
practicaba en la fiesta de San Antonio, como precaución frente a los calores
del verano, y se repetía la noche de San Juan en ceremonia que llamaban de
emparejadura.
Fernando Sánchez Dragó