No es el muerto quien
provoca el estupor
es la sorpresa de ver
cómo olvidamos
su propia muerte,
nuestro gran dolor.
Queda el muerto,
nosotros nos marchamos.
No es el muerto, no,
quien se retira.
Somos nosotros que
vamos discutiendo,
sobre el cadáver que
mudo nos mira,
la posibilidad de
seguir sobreviviendo.
Cuando en la memoria
al muerto divisamos
(juegos del tiempo,
macabro escandiador)
no es pues al muerto
a quien estamos viendo:
Somos nosotros que
tétricos quedamos
al ver cómo miramos
sin horror
al que en el gran
horror se va pudriendo.
Reinaldo Arenas