Además de deberles mi alma a los
libros y a los muertos, se la debo a los árboles y a los montes. El campo me
educó tanto como la biblioteca. Un cierto y determinado campo: todo lo que hay
de poético, de melancólico, de gris y de solitario en mí, lo debo a la campiña
de Toscana, a la campiña que hay en los alrededores de Florencia.
Giovanni Papini.