“Obsérvese que no dudo que todo
esto sea para el mayor bien de todos. De todos, sí; pero quizá no de cada uno.
Juego con las palabras para intentar extraer aquí la verdad tan valiosa que nos
enseñaba el Evangelio, según el cual, como escribí antes, cada uno es más
precioso que todos.
Esto
ha sido conquistado: no hay ya, en la URSS, explotación de un gran número para
provecho de unos pocos; pero puede decirse, sin forzar demasiado las cosas: la
felicidad de todos se obtiene a expensas de cada uno.”
André Gide