“Cyril Tourneur nació de la unión de un dios desconocido con una
prostituta. La prueba de su origen divino se encuentra en el ateísmo heroico
bajo el cual sucumbió. Su madre le transmitió el instinto de la rebeldía y de
la lujuria, el miedo a la muerte, el estremecimiento de la voluptuosidad y el
odio a los reyes; de su padre heredó el amor por coronarse, el orgullo de
reinar y la alegría de crear. Ambos le dieron su afición a la noche, a la luz
roja y la sangre. Se ignora la fecha de nacimiento, pero apareció en una negra
jornada de un año pestilencial.”
Marcel Schwob