DESPRENDIMIENTO
Dulzura
de sentirse cada vez más lejano.
Más
lejano y más vago... 
Sin saber
si es porque las cosas se van yendo
o es uno
el que se va. 
Dulzura del
olvido como un rocío leve cayendo en la tiniebla... 
Dulzura
de sentirse limpio de toda cosa. 
Dulzura
de elevarse y ser como la estrella inaccesible y alta, 
alumbrando
en silencio...
En
silencio,
¡Dios
mío!...
                                    Dulce María Loynaz
