ÉGLOGA I
XXIII
Como al partir del sol la sombra crece,
y en cayendo su rayo, se levanta
la negra escuridad que’l mundo cubre,
de do viene el temor que nos espanta
y la medrosa forma en que s’ofrece
aquella que la noche nos encubre
hasta que’l sol descubre
su luz pura y hermosa:
tal es la tenebrosa
noche de tu partir en que he quedado
de sombra y de temor atormentado,
hasta que muerte el tiempo determine
que a ver el deseado
sol de tu clara vista
m’encamine.
Garcilaso
de la Vega