EL GRAN DANUBIO
«También
el Danubio, al igual que cada uno de nosotros, es un Noteentiendo, como la
figura dibujada en una de las dieciséis viñetas de la tabla «Las Castas», una
especie de juego de la oca del amor y de las estirpes que recuerdo haber visto
colgado en una pared del Museo de la Ciudad de México. Cada una de las
dieciséis viñetas de la tabla contiene tres figuras: el hombre y la mujer cuyas
sangres diferentes exigen imperiosamente unirse, y un apacible niño nacido de
su encuentro, que en la viñeta siguiente, ya adulto, es el protagonista del
nuevo connubio, del que nace otro hijo destinado a continuar la cadena del
mestizaje: el Mestizo, hijo del Español y de la India, el Castizo, su hijo, el
Mulato al que una Española regala un adornado Morisco y así sucesivamente hasta
el Chino, el Lobo, el Jíbaro hijo del Lobo y de la China, el Albarazado hijo de
la Mulata y del Jíbaro y padre de un Cambujo, padre a su vez de un Zambaigo. La
tabla aspiraría a clasificar y diferenciar rigurosamente –incluso mediante la
vestimenta– las castas, sociales y raciales, pero acaba por exaltar
involuntariamente eljuego caprichoso y rebelde del eros, el gran destructor de
cualquier jerarquía social cerrada, el disgregador y mezclador de cualquier
ordenada baraja, que alterna los oros con las copas o con las espadas para
hacer posible y placentero el juego. En la penúltima viñeta, el fruto de los amores
del Tente en el aire y de la Mulata deja perplejo el talento nomenclatorio del
anónimo clasificador, que, en efecto, lo define como Noteentiendo. Ese Danubio
que es y que no es, que nace en varias partes y de varios padres, nos recuerda
que cada uno de nosotros, gracias a la múltiple y oculta trama a la que debe su
existencia, es un Noteentiendo, como los pragueses de apellido alemán o los
vieneses de apellido checo. Pero esta tarde, a lo largo del río que en verano,
nos dicen, a veces desaparece, el paso junto al mío es tan irrefutable como el
curso de agua y en su onda, siguiendo la curva de las riberas, es posible que
sepa quién soy.»
Claudio
Magris.
El
Danubio.
Editorial
Anagrama.