«Nacida de la Revolución
francesa, la Francia napoleónica estaba asociada en Europa a la Ilustración francesa.
En realidad, es mejor clasificarla como la primera expresión práctica del
fascismo. Aunque Napoleón sí puso en práctica algunas reformas racionales, como
el sistema métrico y diversos códigos de derecho civil (que en la actualidad
sobreviven en muchas regiones de influencia francesa), en la mayoría de
aspectos supuso un retroceso respecto a los avances humanistas de la
Ilustración. Se hizo con el poder con un golpe de estado, acabó con el gobierno
constitucional, reinstauró la esclavitud, ensalzó la guerra, hizo que el Papa
le coronase emperador, restableció el catolicismo como religión de estado,
instaló a tres hermanos y a un cuñado en tronos extranjeros, y emprendió
implacables campañas de ampliación territorial con un vergonzoso desprecio por
la vida humana.»