TRAIDORES URSS SL
«Desde el momento en que entró en la Subsecretaría, Baraibar fue agasajado por los rusos en el Hotel Metropol, cuartel general soviético en Valencia, y regularmente recibió sus visitas en el Ministerio de la Guerra, durante las cuales intentaron hacerle traicionar a Largo Caballero. Aunque no alude con detalle a estas ocasiones, sin embargo revela:
«Yo recibía toda suerte de halagos, y se me otorgaba la consideración de ser acaso el único socialista —naturalmente, después de Álvarez del Vayo— capaz de comprender la perentoria necesidad de elevar las cuestiones al mundo de lo ideal y trabajar sin descanso por la fusión del proletariado. En una palabra: se me estaba criando amorosamente para desempeñar el papel traidor junto a largo Caballero».
Pero Baraibar se negó a abandonar a Largo Caballero, y desde el día en que hizo comprender al embajador soviético que no asumiría el papel que los rusos y sus ayudantes españoles esperaban de él, cesó de ser objeto de lisonjas. Su negativa causó una sorpresa brusca, puesto que su reciente apoyo de la idea de la unificación socialista-comunista, especialmente cuando su brillo había comenzado a declinar a los ojos de muchos de sus propios colegas, había animado a los comunistas a creer que él haría progresar sus intereses en el Ministerio de la Guerra; pero, lejos de cumplir estas esperanzas, Baraibar se convirtió en puntal de la política de Caballero y en semanas sucesivas ayudó al ministro de la Guerra a llevar a efecto su más riguroso asalto a las posiciones comunistas en las fuerzas armadas.»
Burnett Bolloten.
El gran engaño.
Editorial Caralt.