Muchos gobiernos consideran que a nadie le incumbe su grado
de éxito a la hora de impedir que sus ciudadanos se maten unos a otros. Y en ciertas
partes del mundo en vías de desarrollo, los señores de la guerra disfrazan su
bandolerismo con el lenguaje de los movimientos políticos de liberación, por lo
que resulta difícil trazar una línea divisoria entre las víctimas de una guerra
civil y los homicidios cometidos por el crimen organizado.
Steven Pinker.