MÁS VIDA, HONRA, HACIENDA Y SEÑORÍO
Y la noche antes se abían bixado
las caras y sendas piernas por se conosçer los unos de los otros sus enemigos.
Al alua al sonido de la corneta, hera un caracol grande, concha, se tocó,
acometen tan balerosamente los mexicanos y adelántanse antes del acometer
quatro lenguas (nahuatatos), dando bozes, diziendo: "Mexicanos, ¿a qué fue
benida a nras tierras tantos y armados?" Rrespondieron los mexicanos:
"Nra benida fue beer buestras tierras y a bosotros". Dizen los de Mechuacan:
"Pues de buestra boluntad benistes a buscar buestras muertes, aquí
fenesçeréis todos". Rrespondieron los mexicanos: "Pues para luego es
tarde". Comiença una muy braua y rrezia y muy rreñida batalla tre los unos
y los otros y la bozería tan grande que, como eran usados los mexicanos a
acometer tan rrezio, no halló ardimiento de ánimo y poder la gente tarasca,
yban sienpre multiplicándose, sus gentes benir de rrefresco, y con todo
lleuaron los mexicanos a los tarascos hasta dentro del pueblo llaman
Matalçingo, lleuando alguna mexoría, aunque muy poca. Buelue un prençipal con
nueba a toda priesa Axayaca, diziendo en el estremo en que estauan los
balerosos capitanes a causa de trar y benir al exérçito tarasca mucha gente de
rrefresco y balientes, que ban los mexicanos muriendo muchos dellos y los capitanes
y balientes soldados cuachicme y tequihuaque afloxando y muriendo. Rrespondió
Axayaca al exérçito y banguardia que él lleuaua, diziéndoles: "Ea,
mexicanos balerosos, aquí es menester uro ardimiento y esfuerço para ganar
onrra o morir balerosamente muriendo en justa batalla, pues sabéis que nos
aguarda para este bien el gran tetzahuitl Huitzilopochtli, e aguixemos los
chalcas y los chinanpanecas y Suchimilco e a los de las sierras de Tacuba, los montañeses,
los matlatzinca". Y llegados al socorro, no hallaron más de los quatro
balerosos capitanes, que estaban tan lasos, tan cansados, llenos de poluo los
rrostros, que paresçían estar tan atónitos y borrachos de los golpes que les
dauan; y danles luego a beuer un breuaxe llaman yolatl. Y con esto, tra a la
batalla los pueblos de las chinanpanecas al rrefresco. Tanbién los consumieron
los mechuacanes. Y bían luego a los chalcas. Por lo consiguiente, un pueblo
consumido, otro biado, por los mexicanos trauan de cada rrefresco dos mill y
los tarascos boluían y trauan de nueuo diez mill, que al momento fenesçían las
bidas allí en manos de los carniçeros.
Hernando Alvarado Tezozómoc.
Crónica Mexicana.