LA POBREZA
«Pero la virtud de ayudar al pobre no debería confundirse con una defensa de la pobreza como virtud, pues en vez de reducir la miseria promueve un engranaje —progresivamente corrupto— de organizaciones dedicadas a exprimir el evangelio victimista. ¿Hasta cuándo se seguirá considerando humanitario vituperar la riqueza, mientras prácticamente todos los humanos tratan de ser ricos? Sostener que viene de «explotar» la pobreza es parcialidad, cuando puede decirse —con el sesgo inverso— que sin ricos los pobres morirían mucho antes, y mucho más pobres. Nuestra prosperidad actual tiene su origen más bien en constituciones libres, que al asegurar iniciativa individual y derecho de propiedad crearon el marco para una sostenida división y subdivisión del trabajo. Dividir el trabajo es cooperación, frente a una alternativa jerárquica de castas y subcastas. A la vez que prolonga los procesos fabriles multiplica su productividad. En eso consiste la acumulación capitalista, si se compara con la sangría de recursos provocada por sistemas cuyo principio no es la eficiencia.»
Antonio Escohotado.
Sesenta semanas en el trópico.
Editorial Anagrama.