Aquí están las figuras mismas de Hokusai, deambulando con sus impermeables
de paja, sus inmensos sombreros de paja en forma de seta, y sus sandalias del
mismo material; campesinos descalzos, profundamente curtidos por el viento y el
sol; y madres de rostro paciente que llevan a la espalda niños calvos y
sonrientes, y dan pasitos con sus geta (unos altos y ruidosos zuecos de
madera), y comerciantes con túnica, acuclillados, fumando sus pequeñas pipas de
bronce entre los innumerables acertijos de sus tiendas.
Lafcadio Hearn.