“Desde Herodoto en
adelante, las historias de viajeros se escuchan con justificada incredulidad y
los conciudadanos de Marco Polo leyeron con tanto escepticismo la narración de
sus admirables aventuras que a su volumen le quedó el nombre de Milione: el millón de mentiras que los
sagaces venecianos se negaban a tragar.”
Alberto
Denti de Pirajno.