Mi lista de blogs

lunes, 28 de septiembre de 2020

Y EL ÓBOLO BAJO LA LENGUA





          HUMMINGBIRD


Suppose I say summer,
write the word “hummingbird,”
put it in an envelope,
take it down the hill
to the box. When you open
my letter you will recall
those days and how much,
just how much, I love you.


Raymond Carver.

jueves, 24 de septiembre de 2020

ALLÁ EN LAS INDIAS





DICEN QUE DECÍA VIRACOCHA


El Padre Blas Valera refiere sólo un dicho de este Inca Viracocha; dice que lo repetía muchas veces, y que tres Incas (que nombra) le dieron la tradición de él y de otros dichos, que adelante veremos, de otros Reyes Incas. Es acerca del criar los hijos, que como este Inca se crió con tanta aspereza y disfavor de su padre, acordándose de lo que había pasado advertía a los suyos de qué manera debían criar sus hijos para que saliesen bien doctrinados. Decía: «Los padres muchas veces son causa de que los hijos se pierdan o corrompan, con las malas costumbres que les dejan tomar en la niñez; porque algunos los crían con sobra de regalos y demasiada blandura, y, como encantados con la hermosura y ternura de los niños, los dejan ir a toda su voluntad, sin cuidar de lo que adelante, cuando sean hombres, les ha de suceder. Otros hay que los crían con demasiada aspereza y castigo, que también los destruyen; porque con el demasiado regalo se debilitan y apocan las fuerzas del cuerpo y del ánimo, y con el mucho castigo desmayan y desfallecen los ingenios de tal manera que pierden la esperanza de aprender y aborrecen la doctrina, y los que lo temen todo no pueden esforzarse a hacer cosa digna de hombres. El orden que se debe guardar es que los críen en un medio, de manera que salgan fuertes y animosos para la guerra y sabios y discretos para la paz». Con este dicho acaba el Padre Blas Valera la vida de este Inca Viracocha.

Inca Garcilaso de la Vega.

Comentarios Reales.

lunes, 21 de septiembre de 2020

OTRA BALSA EN EL AQUERONTE

 





LA CHICA DE IÓSIF


     «Probablemente estuvimos unos veinte minutos en el despacho de Stalin, aunque no fuimos conscientes del paso del tiempo. El reloj se detuvo para nosotros. Mijáilov nos presentó uno a uno y me dejó a mí para el final. Iósif Vissariónovich se limitó a decir unas pocas palabras sobre la comprometida misión del Partido y el gobierno, los Aliados y su negativa a abrir un segundo frente, y sobre el pueblo estadounidense y la necesidad de transmitirle la verdad acerca de nuestra lucha contra el nazismo.

—¿Tenéis alguna petición, camaradas? —preguntó.

Krasavchenko y Pchelintsev estaban completamente paralizados y se produjo un momento de silencio en el despacho. Yo no reaccioné como ellos y noté algo distinto, un entusiasmo sin precedentes. Quería escuchar algunas palabras del comandante en jefe supremo dirigidas especialmente a mí.

—Sí, camarada Stalin, tengo una petición —dije en voz baja—. Necesitamos encarecidamente un diccionario inglés-ruso y ruso-inglés, y un manual de gramática. Porque también es importante conocer bien a los aliados, ¡igual que a los enemigos!

—Bien dicho, camarada Pavlichenko. —El líder del proletariado mundial sonrió—. Recibiréis esos libros. Os los enviaré yo personalmente.»


Liudmila Pavlichenko.

La francotiradora de Stalin.

Editorial Crítica.


domingo, 20 de septiembre de 2020

OBITER DICTUM





“Desde Herodoto en adelante, las historias de viajeros se escuchan con justificada incredulidad y los conciudadanos de Marco Polo leyeron con tanto escepticismo la narración de sus admirables aventuras que a su volumen le quedó el nombre de Milione: el millón de mentiras que los sagaces venecianos se negaban a tragar.”


Alberto Denti de Pirajno.

jueves, 17 de septiembre de 2020

OBITER DICTUM






Por donde quiera que pase el expresidente de los Estados Unidos, los repórters se quedan enfermos a causa del exceso de trabajo. Con el Kaiser, con Caruso y con la pasta dentífrica Pebeco, Roosevelt es el tema que más se ha discutido en el mundo por las dos o tres generaciones inmediatamente anteriores a la guerra. Ha escrito infinidad de libros y escribe constantemente artículos enormes; ha pronunciado más de dos mil discursos; se ha puesto encima toda clase de trajes, y, probablemente, ni el mismo Charlot habrá impresionado más metros de film que él.

Julio Camba.

miércoles, 16 de septiembre de 2020

Y EL ÓBOLO BAJO LA LENGUA




[…]

«Los verdaderos poemas son incendios. La poesía se propaga por todas partes, iluminando sus consumaciones con estremecimientos de placer o de agonía.
»Se debe escribir en una lengua que no sea materna.
»Los cuatro puntos cardinales son tres: el Sur y el Norte.
»Un poema es una cosa que será.
»Un poema es una cosa que nunca es, pero que debiera ser.
»Un poema es una cosa que nunca ha sido, que nunca podrá ser.
»Huye del sublime externo, si no quieres morir aplastado por el viento.
»Si yo no hiciera al menos una locura por año, me volvería loco.»

[…]


                                                        Vicente Huidobro.

sábado, 12 de septiembre de 2020

OTRA BALSA EN EL AQUERONTE




LITERATURA COMO CONDENA


En los años siguientes a la caída de Napoleón el público mostraba una sed insaciable de novelas, la crítica seguía siendo de un nivel bajo, los editores se preocupaban más por la cantidad que por la calidad y los pocos novelistas que existían eran en su mayor parte unos pobres diablos cuya única alternativa para no morirse de hambre era producir sin cesar nuevas obras. Lamothe hizo bastante dinero, que gastó tan rápidamente como lo ganó, e incluso más rápido, pero a costa de transformarse en la quintaesencia del escritorcillo. Al final de su vida comentaba amargamente sobre su destino: «A pesar de la fuerza de temperamento y la energía mental que el Creador me concediera, no podía continuar así… cincuenta años de labor constante, comenzando cada día entre las tres y las cuatro de la mañana, hasta las dos de la tarde, una labor sobrehumana y agotadora que extinguió mi imaginación y, además, mis energías». En términos de volumen su trabajo fue en realidad prodigioso: unas cuatrocientas obras en prosa y en verso, que representan cerca de mil quinientos volúmenes manuscritos.

Norman Cohn.
Los demonios familiares de Europa.

Alianza Editorial.

martes, 8 de septiembre de 2020

OBITER DICTUM





Pero, tanto han podido la ambición y el crimen, que se ha puesto la religión, no tanto en seguir las enseñanzas del Espíritu Santo, cuanto en defender las invenciones de los hombres; más aún, la religión no se reduce a la caridad, sino a difundir discordias entre los hombres y a propagar el odio más funesto, que disimulan con el falso nombre de celo divino y de fervor ardiente. A estos males se añade la superstición, que enseña a los hombres a despreciar la razón y la naturaleza y a admirar y venerar únicamente lo que contradice a ambas.


Baruch de Spinoza.

viernes, 4 de septiembre de 2020

OTRA BALSA EN EL AQUERONTE




HERAT


        “Treinta años de recuerdos habían reducido la ciudad a unas cuantas diapositivas: un poni uncido a una carreta piafando fuera de mi pequeño hotel; rayos del sol perfilados en el polvo bajo los pinos junto a los alminares del mausoleo de la reina Gawhar Shad. Pero ahora se había interpuesto un cuarto de siglo de guerra. En marzo de 1979, durante el régimen pro-comunista de Hafizullah Amin, un centenar de asesores rusos y sus familias fueron asesinados a machetazos por musulmanes militantes y una guarnición rebelde dirigida por un joven oficial, Ismail Khan. Una semana después, tanques y helicópteros de combate soviéticos pulverizaron la ciudad matando a miles de civiles. Solo después de diez años de resistencia de guerrillas y la retirada de los exhaustos rusos, regresó Ismail Khan como emir de Occidente sedicente, para ser expulsado por los talibanes en 1995. Pero en esta ciudad, la más culta de las afganas, los talibanes habían gobernado como una fuerza de ocupación extranjera, despreciados por su ignorancia, temidos por su fanatismo. Con la campaña de 2001 liderada por Estados Unidos, Ismael Kan regresó como caudillo a una ciudad escarmentada.
        No quedaba ningún recuerdo de la ciudad que yo había conocido. Mi hotel había desaparecido. Las calles trazadas en la década de 1920 por el rey modernizante Amanullah, antes transitadas por tintineantes carros de ponis, estaban ahora recorridas por una cabalgata de desvencijados camiones, motocicletas, caballos y taxis. El aire que yo recordaba puro apestaba a los gases –Ismail Khan había sido depuesto hacía unas semanas – o intentaban en vano dirigir el tráfico.
        Pero, por debajo de este clamor, pervivía una antigua suavidad y elegancia. Aislada de Kabul por ochocientos kilómetros de montañas, Herat pertenecía a las mesetas iraníes con que colindaba al oeste. Sus gentes eran elegantes y finas. El dari que hablaban era más puro que el persa. Comparados con las zancadas de los rufianes de Mazar-i-Sharif, sus pasos poseían una ágil finura. Aquí los descomunales turbantes pertenecían únicamente a los pueblos y arrabales. Casi todos los heratíes llevaban la cabeza descubierta. Los relojes les tintineaban en las muñecas como pulseras. Entre ellos se veían los titilantes casquetes de Kandahar, y de vez en cuando, el rostro de una mujer, enmarcado únicamente por chador negro iraní –una inmigrante que había regresado, quizá creaba revuelo por su descaro.”


Colin Thubron. 
La sombra de la ruta de la seda. 
Ediciones Peninsula.

jueves, 3 de septiembre de 2020

Y EL ÓBOLO BAJO LA LENGUA






MANUSCRITO HALLADO EN UN LIBRO DE JOSEPH CONRAD


En las trémulas tierras que exhalan el verano,
El día es invisible de puro blanco. El día
Es una estría cruel en una celosía,
Un fulgor en las costas y una fiebre en el llano.

Pero la antigua noche es honda como un jarro
De agua cóncava. El agua se abre a infinitas huellas,
Y en ociosas canoas, de cara a las estrellas,
El hombre mide el vago tiempo con el cigarro.

El humo desdibuja gris las constelaciones
Remotas. Lo inmediato pierde prehistoria y nombre.
El mundo es unas cuantas tiernas imprecisiones.
El río, el primer río. El hombre, el primer hombre.


Jorge Luis Borges

martes, 1 de septiembre de 2020

Y EL ÓBOLO BAJO LA LENGUA






LA BELLEZA
no proporciona dulces sueños; cunde
en el insomnio azul del hielo
y en la materia del relámpago.

En cales vivas, en
láminas abrasadas,
gira sin descanso; su
perfección es el vértigo.

La belleza no es
un lugar donde van
a parar los cobardes.

Viva en su luz
mi pensamiento. Quiero
morir en libertad.

Antonio Gamoneda.