GIZEH
1887
"El treinta
de noviembre fuimos a las pirámides de Gizeh.
Pasando por delante
del cuartel inglés, y atravesando el único y gran puente de Kasr el-Nil, ya en
la margen izquierda, se encuentran los palacios que Ismail mandó construir
dentro de un gran parque para los huéspedes invitados a la apertura del canal
de Suez. Desde la aldea de Gizeh discurre una recta carretera, con hileras de
acacias, que se eleva un tanto sobre las tierras de cultivo y se dirige al
desierto líbico, en cuyo lindero y sobre elevada meseta se alzan las tres
grandes pirámides.
El ramaje de las
acacias se junta de tal manera por encima de la carretera, que, sin percibirnos
de ellos nos encontramos muy cerca ya del objetivo de nuestra excursión. Se
detuvo el coche, a fin de dar un poco de respiro a los caballos antes de
emprender el galope por la cuesta que faltaba subir para llegar al pie de la
gran pirámide.
Tan numerosos y
conocidos son los relatos y las reproducciones gráficas de estos antiguos
monumentos, que no intentaremos en modo alguno hacer aquí nuevamente su
descripción.
Las tres inmensas
construcciones, con la mística esfinge a sus pies que a pesar de su mutilación
aparece como meditabunda y la mirada fija en lontananza, producen una impresión
de indescriptible majestad. Aun cuando la investigación y el estudio no
hubiesen iluminado ya sus más recónditos espacios y descifrado sus secretos; aun
cuando permaneciesen todavía masas de piedras no explicadas ni comprendidas, al
igual que los cairnes célticos o los nuraghas sardos, bastarían los recuerdos
históricos para darles un carácter único e inolvidable."
C.
von Gonzenbach.
Viaje por el Nilo.
Ediciones Abraxas.
Viaje por el Nilo.
Ediciones Abraxas.