"A ninguna ciudad le
gusta tanto el teatro como Nueva York; posee
más de dos mil salas de espectáculos. Es el centro dramático de los
Estados Unidos (aunque en estos últimos meses los mejores actores se hayan
marchado a Los Angeles, atraídos por el cine sonoro). Casi siempre las comedias
de menos de ocho o diez personas terminan en un espectáculo; la mayoría de los
cabarés de noche presentan verdaderas revistas. Desde hace un año o dos han empezado
a dar, en muchos sitios y con el mayor éxito, a partir de medianoche, una
segunda representación que dura hasta las tres de la madrugada."