"La
filosofía y la economía política no fueron las únicas especialidades en las que
se entrometió Stalin (aquel zoquete lleno de soberbia). Hitler limitó sus
injerencias culturales a los campos en los que se creía, equivocadamente, que
tenía alguna competencia: la pintura y la arquitectura. Pero la vanidad de
Stalin era omnívora y quería o necesitaba inundar toda una sociedad con su
esencia."
Martin
Amis.