PANAMÁ
“Está trazada y edificada de Levante a Poniente, en
tal manera que saliendo el sol, no hay quien pueda andar por ninguna calle de
ella, porque no hace sombra ninguna. Y esto siéntese tanto, porque hace
grandísimo calor, y porque el sol es tan enfermo, que si un hombre acostumbra
andar por él, aunque no sea sino pocas horas, le dará tales enfermedades que muera,
que así ha acontecido a muchos. Media legua de la mar había buenos sitios y
sanos, y adonde pudieran al principio poblar esta ciudad. Mas, como las casas
tienen gran precio, porque cuesta mucho a hacerse, aunque ven el notorio daño
que todos reciben en vivir en tal mal sitio; no se ha mudado, y principalmente
porque los antiguos conquistadores son ya todos muertos, y los vecinos que
ahora hay son contratantes, y no piensan estar en ella más tiempo, de cuanto
puedan hacerse ricos. Y así idos unos vienen otros, y poco o ninguno miran por
el bien público. Cerca de esta ciudad corre un río que nace en unas sierras.
Tiene asimismo muchos términos y corren otros muchos ríos, donde en algunos de
ellos tienen los españoles sus estancias y granjerías, y han plantado muchas
cosas de España, como los naranjos, cidras, higueras. Sin esto hay otras frutas
de la tierra, que son piñas olorosas y, plátanos, muchos y buenos guayabas,
caimitos, aguacates, y otros frutos de los que suele haber de la misma tierra.
Por los campos hay grandes hatos de vacas, porque la tierra es dispuesta para
que se críen en ellas. Los ríos llevan mucho oro. Y así luego que se fundó esta
ciudad, se sacó mucha cantidad. Es bien proveída de mantenimiento, por tener
refresco de entrambas mares, digo de entrambas mares, entiéndase la del Norte
por donde vienen las naos de España a nombre de Dios, y la mar del Sur, por
donde se navega de Panamá a todos los puertos del Perú. En el término de esta
ciudad no se da trigo ni cebada. Los señores de las estancias cogen mucho maíz
y del Perú y de España traen siempre harina. En todos los ríos hay pescado y en
la mar lo pescan bueno aunque diferente de lo que se cría en la mar de España.
Por la costa junto a las casas de la ciudad hallan entre el arena unas almejas
muy menudas que llaman chucha, de la cual hay gran cantidad. Y creo yo que al
principio de la población de esta ciudad, por causa de estas almejas se quedó
la ciudad en aquesta parte poblada, porque con ella estaban seguros de no pasar
hambre los españoles.”
Pedro
de Cieza de León. Crónica del Perú.