Mi lista de blogs

viernes, 30 de septiembre de 2016

Y EL ÓBOLO BAJO LA LENGUA





LOS MUERTOS VUELVEN


Los muertos vuelven,
vuelven siempre por sus lágrimas.
El poeta que se fue tras los antílopes
regresará también.
Nuestras lágrimas son
monedas cotizables.
Guardarlas todas… todas,
para las grandes transacciones.
Hay estrellas lejanas
y yo sé lo que cuestan.


León Felipe.

jueves, 29 de septiembre de 2016

OBITER DICTUM




«Ni el propio país reconoce la bandera tricolor. Sublevaciones en el Sur y en el Oeste: los campesinos están hartos de los eternos reclutamientos y disparan sobre los gendarmes que quieren llevarse sus caballos para los cañones. En las calles se leen carteles satíricos que decretan, por ejemplo, en nombre de Napoleón:
  Art. 1º Anualmente me han de ser entregadas trescientas mil víctimas.
  Art. 2º Bajo ciertas circunstancias aumentaré el número a tres millones.
  Art 3º Todas estas víctimas serán enviadas por correo a la gran matanza.»


Stefan Zweig

lunes, 26 de septiembre de 2016

ALLÁ EN LAS INDIAS





PANAMÁ


         “Está trazada y edificada de Levante a Poniente, en tal manera que saliendo el sol, no hay quien pueda andar por ninguna calle de ella, porque no hace sombra ninguna. Y esto siéntese tanto, porque hace grandísimo calor, y porque el sol es tan enfermo, que si un hombre acostumbra andar por él, aunque no sea sino pocas horas, le dará tales enfermedades que muera, que así ha acontecido a muchos. Media legua de la mar había buenos sitios y sanos, y adonde pudieran al principio poblar esta ciudad. Mas, como las casas tienen gran precio, porque cuesta mucho a hacerse, aunque ven el notorio daño que todos reciben en vivir en tal mal sitio; no se ha mudado, y principalmente porque los antiguos conquistadores son ya todos muertos, y los vecinos que ahora hay son contratantes, y no piensan estar en ella más tiempo, de cuanto puedan hacerse ricos. Y así idos unos vienen otros, y poco o ninguno miran por el bien público. Cerca de esta ciudad corre un río que nace en unas sierras. Tiene asimismo muchos términos y corren otros muchos ríos, donde en algunos de ellos tienen los españoles sus estancias y granjerías, y han plantado muchas cosas de España, como los naranjos, cidras, higueras. Sin esto hay otras frutas de la tierra, que son piñas olorosas y, plátanos, muchos y buenos guayabas, caimitos, aguacates, y otros frutos de los que suele haber de la misma tierra. Por los campos hay grandes hatos de vacas, porque la tierra es dispuesta para que se críen en ellas. Los ríos llevan mucho oro. Y así luego que se fundó esta ciudad, se sacó mucha cantidad. Es bien proveída de mantenimiento, por tener refresco de entrambas mares, digo de entrambas mares, entiéndase la del Norte por donde vienen las naos de España a nombre de Dios, y la mar del Sur, por donde se navega de Panamá a todos los puertos del Perú. En el término de esta ciudad no se da trigo ni cebada. Los señores de las estancias cogen mucho maíz y del Perú y de España traen siempre harina. En todos los ríos hay pescado y en la mar lo pescan bueno aunque diferente de lo que se cría en la mar de España. Por la costa junto a las casas de la ciudad hallan entre el arena unas almejas muy menudas que llaman chucha, de la cual hay gran cantidad. Y creo yo que al principio de la población de esta ciudad, por causa de estas almejas se quedó la ciudad en aquesta parte poblada, porque con ella estaban seguros de no pasar hambre los españoles.”


Pedro de Cieza de León. Crónica del Perú.

sábado, 24 de septiembre de 2016

OTRA BALSA EN EL AQUERONTE







AS FOLHAS CAEM NO PASSEIO


        «Quando ponho de parte os meus [...] e arrumo a um canto, com um cuidado cheio de carinho — com vontade de lhes dar beijos — os meus brinquedos, as palavras, as imagens, as frases — fico tão pequeno e inofensivo, tão só num quarto tão grande e tão triste, tão profundamente triste!...

        Afinal eu quem sou, quando não brinco? Um pobre órfão abandonado nas ruas das sensações, tiritando de frio às esquinas da Realidade, tendo que dormir nos degraus da Tristeza e comer o pão dado da Fantasia. De um pai sei o nome; disseram-me que se chamava Deus, mas o nome não me dá idéia de nada. Às vezes, na noite, quando me sinto só, chamo por ele e choro, e faço-me uma idéia dele a quem possa amar... Mas depois penso que o não conheço, que talvez ele não seja assim, que talvez não seja nunca esse o pai da minha alma...

        Quando acabará isto tudo, estas ruas onde arrasto a minha miséria, e estes degraus onde encolho o meu frio e sinto as mãos da noite por entre os meus farrapos? Se um dia Deus me viesse buscar e me levasse para sua casa e me desse calor e afeição... Às vezes penso isto e choro com alegria a pensar que o posso pensar... Mas o vento arrasta-se pela rua fora e as folhas caem no passeio... Ergo os olhos e vejo as estrelas que não têm sentido nenhum... E de tudo isto fico apenas eu, uma pobre criança abandonada, que nenhum Amor quis para seu filho adotivo, nem nenhuma Amizade para seu companheiro de brinquedos.

        Tenho frio demais. Estou tão cansado no meu abandono. Vai buscar, ó Vento, a minha Mãe. Leva-me na Noite para a casa que não conheci... Torna a dar-me ó Silêncio [...], a minha ama e o meu berço e a minha canção com que eu dormia.»


Fernando Pessoa. Livro do desassossego. Editora Brasiliense.

miércoles, 21 de septiembre de 2016

OBITER DICTUM





“El hombre pretende la libertad donde ésta lo hará desdichado, es decir, en la vida política, pero se desprende de ella donde más dichoso se haría, disfrazándose con las opiniones tomadas de los demás. Los despotismos religiosos y de los sistemas políticos son los más espantosos. El inglés que protesta contra el ministro es un esclavo de la oposición, un esclavo de la moda, de las costumbres imbéciles y de la etiqueta.”

Georg C. Lichtenberg.

domingo, 18 de septiembre de 2016

Y EL ÓBOLO BAJO LA LENGUA






            ANTIGUO PRESENTE


Tengo un niño olvidado en la memoria
juvenilmente antiguo como un río;
regresa de un remoto tiempo mío
tan lejano y azul como la gloria.

Inconcretas noticias de mi historia
me trae hasta la puerta un viento frío;
volviendo están vilanos de otro estío
y agua pasada muévese en la noria.

El porvenir de ayer es ya recuerdo
y el niño nunca sabe dónde empieza
el día de mañana cada día.

Niño que se perdió como me pierdo,
pensando que no es buena mi tristeza
y no vale la pena mi alegría.


Manuel Alcántara

lunes, 12 de septiembre de 2016

Y EL ÓBOLO BAJO LA LENGUA







IL PARADISO SUI TETTI


Sarà un giorno tranquillo, di luce fredda
come il sole che nasce o che muore, e il vetro
chuiderà l’aria sudicia fuori del cielo.

Ci si sveglia un mattino, una volta per sempre,
nel tepore dell’ultimo sonno: l’ombra
sarà como il tepore. Empirà la stanza
per la grande finestra un cielo piú grande.
Dalla scala salita un giorno per sempre
non veranno piú voci, né visi morti.

Non sarà necessario lasciare il letto.
Solo l’alba entrerà nella stanza vuota.
Basterà la finestra a vestire ogni cosa
di un chiarore tranquillo, quasi una luce.
Poserà un’ombra scarna sul volto supino.
I ricordi saranno dei grumi d’ombra
appiattati cosí como vecchia brace
nel camino. Il ricordo sarà la vampa

che ancor ieri mordeva negli occhi spenti.
            
Cesare Pavese

miércoles, 7 de septiembre de 2016

OBITER DICTUM





“¿Qué es el hombre? Débil por su fuerza física; pequeño como un humilde átomo en presencia de las montañas y los mares; nulo delante de la inconmensurable majestad del cielo y de los mundos que lo pueblan; nacido con la herencia del dolor; perecedero en su forma como todo lo que existe en el mundo físico –el hombre ha recibido sin embargo una potencia que no tienen las montañas, el océano, las tempestades ni los astros: el ESPÍRITU. Y esa sola potencia, que es el soplo de Dios, que es la fuerza suprema, que es más que la luz y que la vida, porque es la esencia creadora, inmortal y divina, le ha bastado para descomponer y analizar y someter la luz, guiar la electricidad, esclavizar los vientos, poner a sus servicio el fuego y la explosión, domar los furores del océano, escudriñar los secretos del cielo y de la tierra, producir la fuerza hasta el infinito y suprimirla a su antojo.”


José María Samper.





viernes, 2 de septiembre de 2016

OTRA BALSA EN EL AQUERONTE





UNA FRANCESA EN BERLíN


“--El alemán de dieciocho años es como un dios joven; a los treinta y cinco años el alemán es como un cerdo --me dice madame mientras contemplamos maravillados el magnífico espectáculo del Wellenbad.
Este baño de ola artificial del Luna Park de Berlín --como no hay otro igual en Europa-- es sorprendente. En el fondo de una enorme piscina, dispuesto en forma de rampa, una potente maquinaria agita constantemente el agua lanzándola en oleadas hacia la parte más elevada de la rampa, que forma una especie de playa. En torno a esta gran piscina, todo está dispuesto como en un cabaret. El público se acomoda en las mesitas que rodean la playa artificial y cena o bebe champán en compañía de los bañistas. Al lado del caballero de esmoquin, la señorita en maillot exhibiendo casi absolutamente desnudo su cuerpo irreprochable.
Dentro del agua, hombres y mujeres fraternizan con una libertad de movimientos que un latino no comprenderá nunca. Esta indiferencia, por lo menos aparente, que el tipo germánico tiene ante las sugestiones eróticas, le permite entregarse limpiamente, graciosamente, a toda clase de juegos y escarceos sensuales entre individuos de los dos sexos.
Una muchachita adolescente está metiendo poco a poco sus piececillos en el agua, temerosa del frío.
Erguido el cuerpecillo frágil bajo el somero maillot, mira con sus ojos claros el fondo de la piscina, en la que no se atreve todavía a meterse. De improviso, un mocetón de pelo en pecho la levanta en vilo y la zambulle en el agua. La muchachita da un grito de espanto e intenta ganar la orilla, pero el mocetón vuelve a cogerla entre sus brazos musculosos y tira de ella hacia dentro. Resbalando entre los brazos de él como una anguila, la adolescente escapa una vez y otra riendo, gritando. Más ágil, logra zafarse y arriba a la playa, chorreando agua, sofocada. Entonces son dos, tres mocetones los que se precipitan sobre ella y, cogiéndola por los pies y la cabeza, la sumergen una y otra vez en el agua, hasta que se cansan y la abandonan medio asfixiada. La chica se levanta entonces, se estira cuidadosamente el maillot y se lanza impetuosa contra los muchachos, sonriendo enardecida. Esta lucha se repite una y mil veces con gran alborozo de hembras y varones.
Pero una vez, uno de aquellos bárbaros ha levantado en alto a una adolescente como un nardo, y al dejarla caer en el agua le ha dado un golpe contra el borde de la piscina. La muchachita se levanta renqueando y, como un animalillo herido, se va a un rincón a curarse su patita mientas los demás siguen indiferentes su algazara.
Madame dice que no le es grato este espectáculo. A madame no le es grato, en general, el espectáculo de Alemania. Me fue de un valor inapreciable durante mi estancia en Alemania el tener frecuentemente a mi lado esta piedra de toque de la sensibilidad latina que es esta señora parisién de treinta y cinco años, tan en sazón, tan ponderada y aguda, que en cada momento de estupor producido en mí por las sugestiones germánicas, sabía poner el contrapeso de su ironía francesa.
Madame vive hace mucho tiempo en Alemania y conoce bien a los alemanes. Sigue siendo, sin embargo, absolutamente francesa; es más, creo que su aguda sensibilidad latina se ha exacerbado en vez de embotarse al contacto con estas grandes masas de humanidad que forman Alemania, y así, madame es el fiel contraste más implacable que yo podría encontrar aquí.
Tengo por esta señora francesa, espiritual, aguda, hipersensible, que vive en Alemania, una conmiseración sin límites. Si se sienta a la mesa madame, con su fino paladar francés, no podrá soportar las grasas y la harina de la cocina alemana; si sale a pasear, sus ojos, acostumbrados al tono discreto de los bulevares, a esa pátina encantadora de París, se sentirán heridos por estos colores radiantes que tanto gustan en Alemania, donde todo está recién pintado, barnizado y pulido; hasta en sus momentos de alegría, después de unas copas de Burdeos, se sentirá agredida por la alegría estruendosa, llena de risotadas y manotazos de estas espléndidas mujeres germánicas ahítas de cerveza y de kirsch.
Esta sensación de estar siempre dominada, vencida por una fuerza superior a la de su fina espiritualidad latina, debe pesar dolorosamente sobre el ánimo de madame. Sus gracias francesas, tan de boudoir, su esprit, su chic de mujer ya un poco pasada que acendra su feminidad y quintaesencia sus encantos, se borran por completo ante la aparición de cualquier alemanita adolescente que, cándidamente desnuda, ofrece en el Wellenbad el maravilloso espectáculo de su carne joven y fresca.
No importa que madame finja ojeras como lirios y manos como nardos. Esta Fräulein de diecisiete años, que tiene la cara curtida por el viento frío de los lagos y las manos bastas por el deporte, sabe dejarse besar tan limpiamente, que, más bien que caricia de mujer, parece merced de diosa su abandono.
La luz cruda de Berlín es fatal a madame. En estos parajes desnudos, desolados, de ciudad a medio construir que tiene Berlín, se ve netamente el artificio de madame, su maquillaje, el punto vulnerable de su silueta.
Pero madame se venga fácilmente.
--Vea usted --me dice señalándome una masa gigantesca de carne que en este momento sale de la piscina con la cara enrojecida, los ojos ribeteados, resoplando, gruñendo--. Todas son así --agrega --; tienen un momento maravilloso en la vida: el de la pubertad; la gracia que les da la Providencia. Después, como no saben, como no tienen espíritu, se convierten en esa cosa monstruosa que sale bufando de la piscina en este momento, incapaz de comprender que debía ahorrar a la humanidad el espectáculo de su cuerpo grasiento y deforme.
Yo no comparto en absoluto la opinión de madame. No soy, como español, el antípoda espiritual del alemán que es el francés, y advierto netamente, a través de lo que madame llama la barbarie germánica, ese fondo de blanda humanidad tan cálido, tan emocionado que hay en la gente alemana.
Y, sobre todo: ¡Es tan grato el espectáculo de esta pujante juventud!”

Manuel Chaves Nogales.

La vuelta a Europa en avión. 

Editorial Mundo Latino.

jueves, 1 de septiembre de 2016

Y EL ÓBOLO BAJO LA LENGUA






La vie, c'est comme une dent
D'abord on y a pas pensé
On s'est contenté de mâcher
Ça vous fait mal, et on y tient
Et on la soigne et les soucis
Et pour qu'on soit vraiment guéri
Il faut vous l'arracher, la vie.

Boris Vian.