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sábado, 1 de noviembre de 2014

ALLÁ EN LAS INDIAS




LOS CHAPAPOYAS



”Antes de llegar  a esta provincia de Caxamalca, sale un camino que también fue mandado hacer por los reyes Ingas, por el cual se iba a las provincias de los chachapoyas. Y pues en la comarca de ellas está poblada la ciudad de la Frontera, será necesario contar su fundación, de donde pasaré a tratar lo de Guánuco. Tengo entendido y sabido por muy cierto, que antes que los españoles ganasen ni entrasen en este reino del Perú, los Ingas señores naturales que fueron de él tuvieron grandes guerras y conquistas. Y los indios chachapoyanos fueron por ellos conquistados aunque primero por defender su libertad y vivir con tranquilidad y sosiego pelearon de tal manera, que se dice poder tanto que el Inga huyó feamente. Mas como la potencia de los Ingas fuese tanta, y los chachapoyas tuviesen pocos favores, hubieron de quedar por siervos del que quería ser de todos monarca. Y así después que tuvieron sobre sí el mando real del Inga, fueron muchos al Cuzco por su mandado, adonde les dio tierras para labrar, y lugares para casas, no muy lejos de un collado que está pegado a la ciudad llamada Carmenga. Y porque del todo no estaban pacíficas las provincias de la serranía confinantes a los chachapoyas, los Ingas mandaron con ellos y con algunos orejones del Cuzco hacer frontera y guarnición, para tenerlo todo seguro. Y por esta causa tenían gran proveimiento de armas de todas las que ellos usan, para estar apercibidos a lo que sucediese. Son estos indios naturales de las chachapoyas los más blancos y agraciados de todos cuantos yo he visto en las Indias que he andado, y sus mujeres fueron tan hermosas, que por sólo su gentileza muchas de ellas merecieron serlo de los Ingas, y ser llevadas a los templos del Sol. Y así vemos hoy día que las indias que han quedado de este linaje son en extremo hermosas, porque son blancas y muchas muy dispuestas. Andan vestidas ellas y sus maridos con ropa de lana, y por las cabezas usan ponerse sus llautos, que son la señal que traen para ser conocidos en toda parte. Después que fueron sujetados por los Ingas, tomaron de ellos leyes y costumbres con que vivían, y adoraban al sol, y a otros dioses, como los demás y allí debían hablar con el demonio, y enterrar sus difuntos como ellos, y les imitaban en otras costumbres.”


Pedro de Cieza de León. Crónica del Perú.