«Yo estaba en esa época de la vida en
que se hacen amigos. En un vagón de tercera clase, volviendo de Toledo, me
encontré charlando con un estudiante de la universidad que quería mejorar su
inglés. Nos entendimos tan bien que seguimos tratándonos hasta su muerte. Pepe
Robles tenía una lengua más afilada que las de mis amigos liberales interesados
en la educación. Se reía de todo. Su conversación se parecía más a la
desenfadada manera de escribir de Baroja.»
John Dos Passos.