Quienes me tachan de
hipócrita y de ambicioso poco me conocen: no podría tener éxito jamás en la
vida de mundo, precisamente porque me faltan una pasión y un vicio, la ambición
y la hipocresía. La primera sería a lo sumo en mí amor propio herido; podría
desear a veces ser ministro o rey para reírme de mis enemigos; pero al cabo de
veinticuatro horas tiraría mi cartera y mi corona por la ventana.
François-René de Chateaubriand