«La lentitud de reacción del helvético es proverbial; la imprevisión ya no lo es tanto, pero proporcionó a los eternos descontentos la satisfacción de pillar por fin a los suizos en un renuncio. Los naturales de países donde todo funciona a la buena de Dios podíamos comprobar que también en Suiza se cuecen habas; lo que pasa, y en esto sí que disiento de mis compatriotas peninsulares y ultramarinos, es que esas habas suizas están demasiado bien contadas. Hasta la imprevisión helvética daba la impresión de estar más que prevista.»
Aquilino Duque.