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lunes, 27 de abril de 2020

ALLÁ EN LAS INDIAS






EL PERRO CAPITÁN I


Para que se vea el efecto que hacen, contaré una suerte que hizo un perro que se llamó Capitán. Al cabo de muchos días que la tierra de Musso estaba poblada de nuestros españoles, un soldado, llamado Luis Rodríguez, qµe fue mi soldado en ciertas jornadas•, cuyo era el perro, me contó y fue público en toda la tierra dicha de Musso, que estando doce leguas de la ciudad en un despoblado, solo con su perro, en una pesquería que hacían en un río, con cantidad de más de cien indios alrededor de él y teniendo atado su perro con un tramojo en el rancho que había hecho para dormir los días que la pesquería durase, y estando descuidado a la orilla del río, sin armas, porque las tenía en el rancho confiado en la paz de los indios y salvo de la traición que le tenían ordenada, que era matarle y echarle en el río, y como vieron la ocasión tan buena, el soldado sin armas, y el perro atado, acordaron ponerlo en ejecución descargándole un macanazo, que es arma que ellos usan, como está dicho, del cual cayó aturdido y asiendo de él un golpe de ellos para echarlo en el río, el soldado, con la rabia de la muerte, comenzó a forcejear y dar gritos, y como el perro sintió el ruido y oyese la voz de su amo, haciendo fuerza rompió el tramojo y embistiendo con el escuadrón de los indios lo rompió de tal manera mordiendo y derribando y ellos con el repentino asalto, por huir se atropellaban unos a otros dejando al soldado, apartándose del riesgo por estar los más desarmados, pareciéndoles que estando el perro atado y él sin armas, no las habían ellos menester, como era verdad, si la fortaleza de la amistád que el perro tiene a su amo, no sobreviniera en su socorro.

Bernardo de Vargas Machuca.
Milicia Indiana.