LA PAJA EN EL OJO AJENO
«Estuve en (una urbanización de Nueva York
con una playa para la gente de clase media). Jamás había visto nada más
asqueroso que los edificios que poblaban la orilla. No podría permanecer en semejante
pitillera de Carelia ni siquiera dos horas. Todas las casas estandarizadas son
iguales, como las cajas de cerillas de la misma marca, tienen la misma forma.
Están tan apiñadas como los pasajeros de un tranvía que vuelve del parque de
Sokólniki una tarde dominical de primavera. Al abrir la ventana del cuarto de
baño puede ver todo lo que pasa en el cuarto de baño de al lado, y si su vecino
tiene la puerta abierta, a través de su casa también puede ver el baño de la casa
siguiente. Las casas están alineadas sobre las estrechas cintas de las calles
como unos soldados durante un desfile: con una oreja pegada a la otra. Los
materiales de construcción son tales que puedes escuchar no solo cada suspiro y
susurro de tu vecino enamorado, sino también distinguir los matices más sutiles
de los aromas de la comida en su mesa. Una urbanización de ese tipo es la base
perfecta para el provincialismo y los rumores a escala mundial. Incluso los
edificios más nuevos y confortables parecen temporales, porque los Estados
Unidos en general, y Nueva York en particular, están siempre en obras, en obras
permanentes. Derriban edificios de diez pisos para construir otros de veinte,
derriban los de veinte pisos para construir los de treinta, y luego los de cuarenta,
etcétera.»
Vladimir Maiakovski
America
Gallo Nero Ediciones